Proyecto "In-comunicación"

 Los andenes son estaciones de tránsito en el más estricto sentido de la palabra: La vida en tránsito, porque la vida es tránsito. No cuesta entender el escenario como una metáfora misma de la existencia, bajo el preciso control del paso del tiempo o la furtiva mirada de las sombras que lo atraviesan a diario: diríase que habitado por fantasmas.

Cada andén es un mundo en movimiento, un reguero de rastros y rostros que pierden forma a medida que se cruzan unos con otros, como si predominara la aprensión al contacto, al diálogo, a la conectividad con los demás, dentro de un tránsito prescindible por el no-lugar, que es como el no sentir, y en el que las personas se convierten en un elemento más del conjunto, como formas que se deshacen al azar.

Estos andenes, que podrían formar parte de nuestros recuerdos del futuro, son, en realidad, la consecuencia de una visión en la que la soledad y la incomunicación han dejado de ser un estigma para reivindicar su predominio y su prevalencia, hasta convertirse en la confluencia perfecta desde la que preservar el anonimato, durante este necesario paseo por el limbo terrenal en el que todo guarda un orden establecido e impersonal, en la era de las comunicaciones.

                                                                                                                Abrahan Ceballos Jimenez                                      
































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