Viaje a Etiopía día 03/12/2016
03/12/2016.- A pesar de que nos acostamos con calor por la noche la temperatura baja y hemos pasado mucho frío, en mitad de la noche he tenido que arroparme con todo lo que tenía y oigo como cae la lluvia sobre las tiendas.
Me levanto a las 06:30 sin poder lavarme ni afeitarme. Utilizo las toallitas húmedas que tanto avío me han dado y me noto dolor de garganta y un poco de diarrea, así que me tomo dos fortasec para atajar de golpe y unas pastillas para la garganta que me ha dado Armando.
Desayuno poco, a pesar de que la mesa estaba puesta con todo lujo de detalles, café etíope y unas tostadas.
Recogemos nuestras cosas y emprendemos la marcha por un camino, donde nos cruzamos con jóvenes que van a trabajar con unos machetes enormes, al rato nos recogen los coches y nos llevan hasta un pueblo cercano donde tenemos que esperar para que lleguen unos militares que se acoplaràn uno en cada coche para nuestra protección. Las cosas en Etiopía no están bien y hay que tomar precauciones.
Aprovechamos para hacer algunas fotos por el pueblo.
Son las 10 de la mañana, llegan los militares y nos ponemos en marcha, nos dirigimos a territorio SURMA. Por el camino va mucha gente andando, bañándose en los rios y lavando la ropa.
Llegamos al camping de TULGIT sobre las 11:30 de la mañana. Es un cercado donde viven varias familias y hay un edificio donde preparan la comida y está la ducha y el servicio. Aquí instalarán las tiendas de campaña y dormiremos esta noche.
Aparecen las primeras mujeres escarificadas y con grandes aberturas en el lóbulo de la oreja para alojarse platos decorados de barro que ellas mismas hacen.

A las 12:00 nos dirigimos andando campo a través para visitar el poblado de los SURMA, hace mucho calor y tenemos que protegernos del sol.

Desembocamos en una pista que nos dirige hacia la aldea SURMA, nos acompaña un policía local armado.

En una explanada nos aguardan los primeros SURMA y posan para que les hagamos fotos. Estas si que hay que pagarlas a razón de 5 birrs por foto o sesión de 5 o 6, depende de la habilidad del fotógrafo para negociar o darse el piro en el momento oportuno, dando un abrazo o un saludo al estilo etíope (se da la mano y a continuación se choca con el hombro contrario 3 veces). 5 birrs suponen unos 20 centimos de euro, que pagamos gustosos porque constituye una ayuda a su economía y a contribuir a que no desaparezcan.

Continuamos por la senda y llegamos al poblado. Lo primero que me sorprende es éste hombre con dibujos escarificados a base de cuchillo. El dolor que ha debido de soportar ...
En el centro del poblado hay una choza grande dividida en dos estancias. Es la escuela, una para los más pequeños y otras para los mayores. Veo a esta niña y se me van los ojos al monigote que hay pintado en la pizarra.
Entro en una choza y una mujer está preparando algo de comer con su hijo en brazos. No he visto nada más ancestral, solo una vasija con un pequeño fuego y removiendo con un palo. En el suelo se observan excrementos de cabra y cuerdas para atar a los animales.
Está llena de escarificaciones y tiene un plato de considerable tamaño en el labio inferior.
A la salida del poblado esta mujer me sale al paso para que le haga fotos, sostiene algo bajo la túnica con ambas manos.
Son las 13:30 y nos vamos de vuelta para comer. Esta vez los coches nos esperan en la explanada y nos ahorramos el paseo que, con la calor que hace, se agradece.
Cuando llegamos la mesa está puesta y nos sirven arroz con verdura y atún, de beber agua. Aquí no hay donde comprar cerveza.
La mesa es el lugar de encuentro para charlar, contar anécdotas, chistes y echarnos unas risas.
Sobre las 15:00 partimos de nuevo para visitar otro poblado. Al pasar por una aldea esta mujer se acerca al coche. Me llaman mucho la atención el labio que sin plato resulta grotesco y las orejas.
La túnica la usan para todo: transportar cosas, llevar a los niños y como cobija por la noche.
Llegamos al poblado a las 16:00, mientras hacemos las negociaciones, los soldados toman posiciones para vigilar.
Nos adentramos por una pequeña vereda y nos encontramos con la sorpresa: El poblado está en una pequeña hondonada con mucha vegetación y allí nos están esperando los SURMA profusamente decorados con pinturas y motivos vegetales, algunos se suben en pequeños arboles y posan casi profesionalmente.

Sobre las 17:30 volvemos al poblado, cuando llegamos me voy a por mis maletas que hemos dejado en la habitación donde hacen la comida, saco mis enseres de baño y me voy directo a la ducha. Sale poca agua y se corta cuando quiere, pero coloco la linterna en un soporte, después de dos días sin lavarme y con varias capas de protector solar, repelente de mosquitos y polvo, me quedo como nuevo.
Nos reunimos en la mesa y echamos un rato de charla. A continuación nos sirven la cena, que como siempre, está buena y abundante.
A las 21:00 me voy a dormir a la tienda de campaña. La diarrea parece que ha remitido pero la garganta me duele todavía un poco. Hace calor
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