Viaje a Etiopía día 04/12/2016

04/12/2016.- Al acostarme hacía mucho calor, pero después de madrugada desciende la temperatura bastante, pero esta vez no me coge por sorpresa y estoy arropado, aunque siempre falta algo con las maletas por un lado y el resto por otro. La colchoneta que me ha tocado era muy fina y las costillas se han resentido. He dormido regular y me he despertado varias veces. Me levanto a las 06:00 y a las 06:30 nos vamos al cercado de los SURMA donde guardan las vacas y hacen guardia algunos hombres. 
Acabamos de dar un salto en el tiempo al pasado contemplando una forma de vida ancestral.






Después de negociar el precio contemplamos como se beben la sangre de toro tras pincharle con un flechazo en la yugular y recogerla en una calabaza. A continuación le taponan la herida con una masilla de tierra y excrementos.
Todo un desayuno que contemplamos atónitos a las 06:45 de la mañana, sin desayunar y rodeados de moscas que han acudido al olor de la sangre.





Con calma van bebiendo uno tras otro.





 



Regresamos a nuestro campamento impresionados con lo que acabamos de ver y bajo la glacial mirada de ésta pastor del grupo.



Llegamos al campamento y tras un buen desayuno y un cambio de impresiones sobre lo que hemos vivido esta mañana, sobre las 10:00 nos ponemos de nuevo en marcha por unas pistas en muy mal estado.
Pasamos por otro pueblecito y bajamos a estirar las piernas. Algunas mujeres venden sus mercancías sentadas familiarmente en el suelo.


Cuando subimos a los coches los niños se asoman a las ventanillas para despedirnos con una sonrisa y una cara que a mi se me antoja llena de esperanza.


Continuamos con alguna parada en ruta, el trayecto hoy es largo y hay que procurar llegar de día.


Sobre las 12:45 paramos a comer junto a un río. Que lástima que no podamos bañarnos, por indicación de las autoridades sanitarias españolas, porque el agua está pidiendo a voces un chapuzón. Almorzamos de picnic pero de mucho agrado, por el frescor que desprende el lugar.





A las 13:45 continuamos, atravesaremos el Parque Nacional Omo por una senda que a veces se pierde entre la vegetación de pastos.







Sobre las 17:00 llegamos al camping (por llamarlo de alguna manera) del Parque Nacional, desde lejos se veían un par de construcciones con los tejados rojos que tenían muy buena pinta, pero al llegar comprobamos desilusionados que estaban medio abandonadas y que nuestro destino era la tienda de campaña como en días anteriores y que además, no había agua ni duchas.
Así que nos instalamos y nos damos una vuelta por el Parque Nacional para ver algunos animales y la puesta de sol.








Regresamos al camping a las 7, preparamos las cosas para llevar a la tienda y damos una vuelta por los alrededores. A las 8 cenamos y echamos el rato tan bueno de tertulia. Cuando miras al cielo es increíble como se ven las estrellas ya que no hay contaminación lumínica ninguna.
A las 9 nos acostamos y deciden no poner los dobles techos a las tiendas, ya que hace mucho calor y humedad, de hecho me acuesto sudando hasta tal punto que me tengo que secar con la toalla. Craso error, a medianoche me despierto porque hace mucho frío y me arropo todo lo que puedo.


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